lunes, 14 de enero de 2008

* Inusitado Sueño *


Tan pronto cierro los ojos
empiezo a pensar en ti.

En aquella noche inolvidable
en aquella playa solitaria,
donde la luna brillaba esplendorosa
en el recoveco de la roca.

Donde las estrellas nos guíaban
ante los pasos que ibamos a dar.

Donde nos amamos,
donde nos fundimos en un solo ser
y en un solo cuerpo.

Ni tú ni yo eramos
sino el fuego abrasador
que ni el agua salobre
lo pudo apaciguar.

Cada instante era un ansia
que se propagaba.

Un fuego que nos llegaba a abrasar
hasta lo más profundo de nuestro ser.

Era un amor infinito,
pero sin esperanza.

Yo hija de la noche
y tú dueño y señor del día.

Al amanecer yo moriría
y tú renacerías.

Yo Luna, Tú Sol.

Nuestro amor era imposible.

Tan solo una vez pudo ser.

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